-No, no te muevas, así va a ser mejor
-Pero.. ¿vos creés que sea buena idea? Mirá que falta mucho todavía
-Hacéme caso, quedáte quietita y respirá profundo.
-¿Ya está?, ¿puedo abrir los ojos por lo menos?
-No, esperá… A ver, girá un poco a la derecha
-¿Así?
-No, tanto no. ¡Sos una exagerada!
-¿Y cómo, entonces? Si encima no puedo ver nada
-Dejá que yo te muevo. Sí, así me gusta, pero…
-¿Qué?
-Está muy oscuro acá, necesito verte mejor, no puedo así, la luz parece no querer entrar. Tenés el rostro pálido, ¿estás bien?
-Lidia, ¡contestáme!, ¿estás bien?
-Sí, como siempre, pero tengo frío. ¿podés cerrar la ventana?, si total acá adentro es todo lo mismo, como dijiste vos, la oscuridad parece no querer extinguirse
-Pero yo no te hablaba en serio
-No importa, apuráte por favor, estoy cansada.
-Está bien, aguantá que falta poco. Estás fría, ¿de verdad te sentís bien?
-Sí, te dije
-Bueno, bueno, ya termino
-¿Sabés? qué extraño parece todo, ahora me doy cuenta
-¿De qué hablás Lidia?, ¿de qué te das cuenta?
-Bueno, en realidad es muy difícil, pero yo creo que..
-¿Y? ¡dale, continuá!
-¿Acaso no sentís cómo se te carcome el cuerpo a cada instante, cómo las miradas son inútiles a los ojos vacíos?
-Sí, a veces, pero no le doy mucha importancia, hace mal pensar en eso
-Pero,¿entonces preferís la ceguera, la inmutabilidad? Mirá, no sé para qué hablo si yo estoy igual que vos
-¿Qué decís?
-Yo digo esto pero en realidad no veo nada,¿no sentís la oscuridad penetrándote la piel?
-¡Ah! Me olvidé de decirte, ya podés abrir los ojos, por eso se te ocurrieron esas cosas.
-Sí, puede ser
-¿Y?,¿te gustó el cuadro? Saliste linda, ni se notó que te movías
-Sí. Bueno, disculpá pero estoy cansada
-Hasta luego Lidia
-Chau